miércoles, 2 de noviembre de 2011

Segunda oportunidad

Hola a todas y todos, amigos de los animales. Hace mucho que no se me ven las orejas por aquí, pero tranquis, que todo va muy bien. Tuve otro pequeño contratiempo médico hace unas semanas, pero en seguida se solucionó y rápidamente volví a estar fresca y guapa como una rosa de primavera.

Estaba yo hace un momento en mi sillón favorito pensando en los giros tan brutales que a veces da la vida. Uno puede ser un cachorro disfrutando del calor de un hogar y de la compañía de una familia y verse de repente, y casi sin saber cómo, perdido y solo en una cuneta, tiritando de frío y de terror.  Pero también puede ocurrir que un día estés encerrada en un agujero, con el cuerpo y el corazón doloridos, condenada a morir de hambre y tristeza, y unas manos desconocidas te agarren fuerte para llevarte lejos, y al día siguiente despiertes sobre cojines y te colmen de caricias y te devuelvan la salud. Todo es posible. Mi historia, afortunadamente, tiene final feliz, y soy consciente que soy una gran privilegiada y sólo unos pocos tenemos esta suerte.
Ahora que llegan los días fríos y lluviosos, sé que pasaré el invierno abrigada y calentita, y no tendré que enroscarme sobre el asfalto, ni buscar comida en los contenedores, ni caminar junto a la carretera bajo la lluvia... pero mientras yo duerma bajo la manta, habrá muchos solitarios soportando el duro invierno, perdidos y tristes, recordando tiempos mejores.
Ojalá todos tuviesen otra oportunidad.



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